miércoles, 5 de marzo de 2014

Crónica de una muerte anunciada: el "Cubo" de Badajoz

Sabido es por todos y todas los pacenses que el famoso Cubo de Badajoz, donde actualmente se encuentra los despachos de la Facultad de Biblioteconomía, debe ser demolido tras una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. Pero veamos cómo hemos llegado hasta esta situación.
La idea del Cubo y la instalación de la Universidad de Extremadura en la misma Alcazaba tiene su origen en el año 1995. Un año después el entonces presidente de la Junta de Extremadura, Rodríguez Ibarra, se reune con el alcalde Miguel Celdrán y el rector de la institución universitaria, acordando el traslado de la Facultad de Biblioteconomía y Documentación a la Alcazaba, más concretamente al viejo Hospital Militar . En aquel momento fueron muchos los que rechazaron esta propuesta considerándola arriesgada ya que por aquel entonces "daba miedo subir a la Alcazaba". Ciertamente que el "Badajoz árabe" estaba totalmente descuidada y en la más absoluta de las ruinas. La idea de la Facultad podría suponer un resurgimiento de la actividad en todo el entorno del Casco Antiguo.
Las obras comenzaron en el año 1998 y, con ellas se comenzó la construcción de un edificio de forma cuadrangular. Es en el año 2000, cuando el "Cubo" descubre su forma que la asociación Amigos de Badajoz comienza una serie de protestas argumentando el impacto contra el monumento más característico pacense, además se interpuso un contencioso en el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.
A partir de ahí una serie de procedimientos de carácter judiciales han caracterizado el proceso hasta que en el 2013 un tribunal competente dio la razón a la propuesta de Amigos de Badajoz istando al Ayuntamiento de Badajoz a derribar el Cubo. Hasta el momento no hay proyecto ninguno de derribo.
¿Ustedes se imaginan el Cubo en medio en la Plaza de San Jorge del fabuloso conjunto monumental de Cáceres o al lado del Teatro romano de Mérida? Simplemente se debería de exigir el mismo trato de favor, la Alcazaba no es menos que nadie. Una Alcazaba que podría dar mucho más de lo que las autoridades creen, una Alcazaba que es la más grande de la Península Ibérica en su estilo.
Es totalmente cierto que la revitalización de la Alcazaba y del entorno se debe, en gran medida, a la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la UEx, pero el precio a pagar es muy caro. ¿No se podría trasladar los despachos a la Biblioteca de Extremadura (al lado del viejo Hospital Militar) y ésta a otra parte más céntrica?
Muralla de la Alcazaba de Badajoz y el "Cubo"


lunes, 27 de enero de 2014

El aviador que salvó Badajoz en la Guerra Civil

Guerra Civil española. Badajoz había caído el 14 de Agosto del año 1936 a manos nacionales en medio de cruentas luchas, asesinatos y una política de terror implantada por los sublevados. El ejército republicano, sabiendo la importancia estratégica de la ciudad de Badajoz, emprende una política de "reconquista" de la ciudad con la aviación de por medio . Sin embargo, algo ocurre y dicho plan no se pone en marcha, ¿qué pasó?
El escritor nobel portugués José Saramago nos relata uno de los episodios más dramáticos de la historia de Badajoz.

Para la historia de la aviación. En Badajoz le han dado hoy nombre a una calle. El motivo, la causa, el pretexto, la razón o como quiera llamársele, tienen ya más de cincuenta años, y muy fuertes habrán sido para sobrevivir a los olvidos acumulados por dos generaciones, justificados éstos, en general, por el hecho de que la gente tiene más en qué pensar. No diré yo que los habitantes de Badajoz se tomaron este medio siglo y pico transmitiéndose unos a los otros el certificado de una deuda que un día tendría que ser pagada, lo que digo es que algún badajoceño escrupuloso debe de haber tenido un remordimiento más o menos en estos términos: "Muchos de los que hoy viven estarían muertos, otros no habrían llegado a nacer". Parecerá un enigma de la esfinge y en el fondo es sólo una historia de aviación. Hace cincuenta y tantos años, durante la guerra civil, un aviador republicano recibió la orden de bombardear Badajoz. Fue, sobrevoló la ciudad, miró hacia abajo. ¿Y qué vio cuando miró hacia abajo? vio gente, vio personas. ¿Qué hizo entonces el guerrillero? Desvió el avión y fue a soltar las bombas al campo. Cuando volvió a la base y dio cuenta del resultado de la misión, comunicó que le parecía haber matado una vaca. "¿Y Badajoz?", le preguntó el capitán. "Nada, allí había personas", respondió el piloto. "Bueno", dijo el superior, y, por imposible que parezca, el aviador no fue llevado a conejo de guerra... Ahora hay en Badajoz una calle con el nombre de un hombre que un día tuvo gente en la mira de sus bombas y pensó que ésa era justamente una buena razón para no soltarlas.

( Extraído de Fundação José Saramago Blog)